JESÚS NOS ENSEÑA A ORAR
Cuando se trata de enseñar a orar, Jesús no hace primero un curso de oración para los apóstoles, sino que les enseña a estar con él mismo, y que descubran lo importante que es la relación con su Abbá, que sientan la necesidad de la oración, a partir de irse haciendo preguntas fundamentales sobre la trascendencia (Mc, 8, 27-29), sobre el espíritu que lo lleva a vivir de esa manera; y solo entonces, sólo cuando ellos han sentido la necesidad y la inquietud, entonces Jesús les enseña a orar. Exhorta a los discípulos a que hagan oraciones de súplicas (Mt 7,7; Lc 11, 9) Hacer la oración desde la certeza de que van a ser escuchados (Lc 11, 5 – 8. 11 – 13; 18, 1-8; Jn 11,41). Es la experiencia de totalidad queda Dios y que integra toda la existencia. Al exhortar a sus discípulos a orar, pidiendo los dones del tiempo de salvación, Jesús dio tres instrucciones muy claras y precisas acerca de cómo tenía que ser su oración. La primera: su oración no debe parecerse a la de los fariseos, que preten