CUARESMA
CUARESMA
1. Reconociendo mis fallas
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor,
si me duele haber dañado nuestra amistad con Él. Éste es un muy buen momento del año para
llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de
Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu
confesión. Busca el tiempo para llevarla
a cabo.
Date espacios de silencio y
soledad.
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos
para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a
ser muy difícil cumplirlos todos. Hay
que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de
un brinco.
Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra
éste. Tu plan debe ser realista,
práctico y concreto para poderlo cumplir.
Practica la esperanza en
tu vida
1 3. Haciendo obras santas
(sacrificios)
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa “hacer
sagrado”. Entonces, hacer un sacrificio
es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo
amas, cosas que te cuestan trabajo. Por
ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su
trabajo. A cada uno de nosotros hay algo
que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor,
estamos haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que
lo quieres y que quieres estar con Él.
Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados
con la Cuaresma.
La oración te ayuda a crecer
en la Fe, en tu confianza en Dios.
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