TEMA 7 LOS GESTOS EN LA LITURGIA
CATEQUESIS SOBRE
LA EUCARISTÍA 7
LOS GESTOS EN LA LITURGIA
Para comenzar.
-
Muchas veces los gestos dicen mas que las palabras ¿Podrías recordar
brevemente algunos ejemplos?
Los Gestos en la Celebración.
La liturgia le da un valor y suficiente importancia a los símbolos y los
gestos dentro de la celebración, ya que con ellos involucramos la parte
emocional y sentimental.
Los brazos abiertos y elevados: símbolo del espíritu vuelto hacia arriba; pueden ser un
grito de angustia y petición, o una expresión de alabanza y de gratitud. El
orar en esta postura tiene un tono expresivo no sólo de petición por sí mismo,
sino de intercesión por los demás.
Las palmas de las manos hacia arriba: son manos abiertas que piden, que reconocen su propia
pobreza, que esperan, que muestran su receptividad ante el don de Dios. Son lo contrario al puño cerrado y violento o
a las manos cerradas por el egoísmo. Recordemos el Padre Nuestro o cuando se extiende la mano
para recibir el Cuerpo de Cristo.
Las manos unidas: una actitud de recogimiento, de meditación, de paz; el gesto de quien se
concentra, interioriza sus sentimientos de fe. Manos en paz, que no se
distraen.
El gesto de la paz: los primeros cristianos se daban en la celebración el beso de la paz (Rom
16, 16) pero iba al final de la liturgia de la palabra, antes de la Plegaria
eucarística, siguiendo el consejo de Jesús: antes de presentar tu ofrenda al
altar, debes reconciliarte con tu hermano. Ahora mira más a preparar el momento
de la “comunión”. No se trata de un saludo o detalle de urbanidad, ni una
simple muestra de amistad, sino de una petición de la paz y la unidad en la
Iglesia y de toda la familia humana, antes de participar del mismo pan. Se
trata de la paz de Cristo y de un gesto de fraternidad cristiana.
Los golpes de pecho: es reconocer la propia culpa, es apuntar a sí mismo, al
mundo interior, que es donde sucede el mal, y al golpearnos manifestamos que
queremos cambiar, despertar, convertirnos.
Las inclinaciones: indican respeto y reconocimiento de la superioridad de otro. Inclinar
la cabeza ante un obispo, al nombrar las tres personas de la Trinidad o
ante una imagen sagrada. Inclinación profunda – desde la cintura – se
hace cuando el sacerdote llega al altar o al recitar algunas oraciones en
silencio, el diácono al proclamar el evangelio, entre otras.
La genuflexión: es una actitud de respeto, pero subrayando más todavía
la humildad y la adoración. En la misa son tres veces las que el sacerdote hace
genuflexión: después de la consagración del Pan, después de la consagración del
Vino y antes de comulgar.
Misioneros Pasionistas
Parroquia del Espíritu Santo y Señor Mueve Corazones
II Vicaria, IV Decanato
Arquidiócesis de México
Comentarios
Publicar un comentario
ESCRIBE AQUI TUS COMENTARIOS, OPINIONES, QUEJAS Y SUGERENCIAS PARA UN MEJOR SERVICIO EN NUESTRA PARROQUIA.
GRACIAS.