TEMA 11 DE LA CATEQUESIS SOBRE LA EUCARISTÍA
CATEQUESIS SOBRE LA EUCARISTÍA 11
LOS RITOS INICIALES 1ª PARTE
PARA COMENZAR.
Recordemos cuáles son las costumbres más ordinarias al llegar o al
comenzar una fiesta o una comida
celebrativa.
LOS RITOS INICIALES.
Los ritos iniciales, aunque no son los elementos esenciales de la misa,
tiene una función importante para vivir lo que sí es central: la Liturgia de la
Palabra y la Liturgia Eucarística.
Nuestras celebraciones corren el riesgo de ser un paréntesis en la vida
ordinaria, algo separado del resto de la vida. Los ritos iniciales tienen la
función de relacionar nuestra vida ordinaria con la misa y prepararnos para la
Escucha de la Palabra.
Un poco de historia.
En la iglesia primitiva, los grupos eran pequeños, cuando se llegaba la
hora, se llamaba a la asamblea al orden, luego se invitaba a tener unos
momentos de oración silenciosa y enseguida comenzaba la liturgia de la
palabra. Poco después, el presidente
tomo la iniciativa de hacer una breve oración en voz alta en la que se resumían
las de todos, y así apareció la “oración colecta”.
En el siglo IV la religión fue legalizada y el culto se hizo en la
basílica, así que a la hora de comenzar el obispo caminaba desde la parte de
atrás hacia el frente; y poco a poco se introdujo la música, y comenzó el uso
del “canto de entrada”. Uno de esos himnos para comenzar fue lo que
conocemos como “El Gloria”.
Cada uno de los ritos iniciales.
Anteriormente la sacristía estaba junto ala puerta de la iglesia, entonces
el obispo comenzaba la entrada con todos sus ministros, caminando lentamente
mientras se entonaba algún salmo, y con ello se captaba la atención de los
fieles. Hoy en día nuestros ritos iniciales son los siguientes:
-
El Canto de Entrada: Su finalidad es fomentar la unión de los que se han reunido; elevar sus
pensamientos a la contemplación del misterio que vamos a celebrar y acompañar
la procesión del sacerdote y sus ministros; en las solemnidades se incluye la
cruz procesional, los cirios y el incienso. La procesión es, en cierta forma,
una danza sencilla, por ello hay que hacerla con mesura y dejando espacios
entre los ministros.
-
Es bueno que en el canto participe el pueblo y promueva su unión, que tenga
relación con el tiempo litúrgico, o con las lecturas del día y que concluya
cuando el sacerdote llegue al altar y esté listo para comenzar con el saludo.
El canto es en sí mismo un ritual y una oración, tiene su valor aunque no haya
procesión.
-
Veneración al altar: Al llegar los ministros frente al altar, la mesa del Señor, que
representa al mismo Cristo, se le venera con una inclinación profunda y un beso
de parte de los sacerdotes y los diáconos. Luego el sacerdote se dirige hacia
la sede, desde donde va a presidir esta parte de la misa. La celebración
comienza con la señal de la Cruz.
-
El Saludo: Después de la
señal de la cruz, el celebrante saluda a la comunidad con una fórmula bíblica
(“El Señor esté con ustedes...· u otras opciones que presenta el misal),
y el pueblo contesta con deseos semejantes a los que les hizo el celebrante: “Y
con tu espíritu”. La intención es iniciar un diálogo con buenos augurios.
Todo esto es como la bienvenida que experimentamos en una comida festiva.
Misioneros Pasionistas
Parroquia del Espíritu Santo y Señor Mueve Corazones
II Vicaria, IV Decanato
Arquidiócesis de México
Comentarios
Publicar un comentario
ESCRIBE AQUI TUS COMENTARIOS, OPINIONES, QUEJAS Y SUGERENCIAS PARA UN MEJOR SERVICIO EN NUESTRA PARROQUIA.
GRACIAS.